Los secretos no pueden esconderse eternamente y el tiempo es capaz de destapar las mentiras. Entre las paredes de nuestro propio muro construido para alejarnos de los demás la verdad sale a la luz. Cómo guardamos nuestro secretos fuera del muro, es otra cosa.
Algo es seguro, sea lo que sea lo que intentemos esconder, nunca estaremos preparados para el momento en que la verdad se desnude.
Los secretos, como las desgracias, nunca vienen solos. Se van acumulando hasta que se apoderan de todo hasta que no queda lugar para nada más, hasta que tienes tantos secretos que parece que vas a reventar.
Algo que la gente olvida es lo bien que se siente uno cuando libera sus secretos. Sean buenos o malos, al menos, han sido destapados, te guste o no. Una vez que los has destapados no tienes que esconderte tras ellos jamás.
El problema con los secretos es que incluso cuando crees tenerlo todo controlado, no lo está.
siempre es bueno tener algún que otro secretillo, lo mismo que decir alguna que otra mentirijilla, sino, que vida mas aburrida no,
ResponderEliminarpor cierto, mañana o pasado iré a Ayamonte ,¿un par de botellines?
Claro que sí. No muchos porque yo me emborracho pronto, y, además, después tengo que coger el coche.
ResponderEliminar¿Te llamo yo o me llamas tu?
Estoy de acuerdo con lo de los secretos, no con lo de las mentiras, aunque sean piadosas
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