No tienes valor, tienes miedo. Miedo de enfrentarte contigo misma y decir "esta bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad". Tu te consideras un espíritu libre, un ser salvaje, y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula
¡Bueno, nena! Ya estás en una jaula, tu misma la has construido y en ella seguirás vayas a dónde vayas, porque no importa donde huyas: siempre acabarás tropezando contigo misma.
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