Aláh es Grande.
Atestiguo que nadie ni nada merece sar adorado salvo Aláh.
Atestiguo que Mujámmad es el Mensajeor de Aláh.
Concurran a la oración.
Concurran al exito.
Aláh es Supremo.
Nada ni nadie merece ser adorado salvo Aláh.
Atestiguo que nadie ni nada merece sar adorado salvo Aláh.
Atestiguo que Mujámmad es el Mensajeor de Aláh.
Concurran a la oración.
Concurran al exito.
Aláh es Supremo.
Nada ni nadie merece ser adorado salvo Aláh.
Estando en estos lugares, te das cuenta que tu fe es nimia, pequeña, insignificante, en comparación con lo que se trasmite desde los altavoces de las mezquitas.
El despertar definitivo si ha sido ruidoso, pues es lo que tiene este megápolis de 700 mil habitantes, que son muy ruidosos: sonidos del puerto, de los coches, de las motos, de lá máquina que está horadando la ladera donde está enclavado el hotel, de la gente que en lugar de hablar chillan y que me hace recordar por que gritamos tanto los españoles...
El desayuno ha sido el típico que se sirve en estos hoteles: café o te, juice de orange, dulces y pan donde untar un quesito de la vaca que ríe o un poco de mantequilla. Eso sí, en un entorno de lo más típico marroquí con sus yeserías, sus azulejos, sus fuentes, sus mesas labradas, y, sobre todo el dominio visual sobre el puerto, la playa y la bahía.
Comienza mi mañana con el recorrido oficial por San Marino hasta la Plaza del 9 de abril, lugar apropiado para sentarse a ver pasar gente, coches, petit taxis y gatos, muchos gatos. ¿Por qué en Tánger hay tantos gatos callejeros? Quizás porque como los gagos tienen 7 vidas, hayan decidido pasar las aquí, en las calles de Tánger.
Mi primer té del día a 9 dirham el vaso largo cae en mi confitería preferida (se me olvidó hacerle una foto), donde, a pesar que la pastelería marroquí es muy diversa, ellos están especializados en trozos de tarta de bizcocho de varias capas y sabores. Yo sólo tomo te. Y en honor a la verdad no sólo es mi pastelería preferida (donde no los como) sino que las dos camareras me recuerdan de mis otras veces y me dedican sus mejores sonrisas.
De ahí bajo por la Calle de Italia donde se encuentran el parque de Mendoubia, el restaurante Hamadi, el café Colón y el desaparecido Cine Alcázar..... según cuentan, estos dos últimos fueron de la mano durante muchos anos, hasta fueron parte de varias películas y dicen que el tranvía pasaba por ahí. La calle de Italia termina en cuesta, en la llamada Calle de la Kasbah, que a su derecha se ve en su plenitud merced al derribo de algunos edificios y a la que podemos acceder por la Bab Kasbah o puerta de la kasbah donde nos recibirán ninos de la calle y vecinos de la zona que nos querrán camelar para ser nuestros guías por el interior de las murallas. Un galería de arte nos recuerda que esta ciudad fue inspiración para muchos pintores, escritores y cineastas.
Siguiendo a la muralla llegaremos a la plaza de las tres puertas donde se encuentran el Museo de la Kasbah y el hotel gratuito como me acaba de contar uno de los niños, puesto q así llamaban a la cárcel de la Alcazaba. Las vistas son impresionantes: el puerto, el océano y al fondo, España.
La salida la hago por una de las puertas que me llevan inexorablemente al mejor cafe de la Medina, tal como está expresado en el cartel de la puerta y que desde hace unos días es el protagonista de la cabecera de mi blog: el cafe Baba. Inexplicablemente no entro y me dirijo calles abajo hasta desembocar en el Zoco chico y me detengo en el Cafe Central. Pensaba que por estar enclavado en zona de tanto trasiego turístico iba a costar algo más de los 9 dr que me costó el té en tetera vaso pequeño y bandeja de metal, pero no fue así. Desde mi asiento se cogía wifi gratis y tuve una pequeña ración de occidente merced a la red, entre ellos quedar con Richi para visitar el cafe Baba, por la tarde, tras el rato en Al-Amal y su despedida de los niños.
En la misma plaza del Petit Socco hay un garito que ponen shawarmas (bocatas) y comidas en plato que se llana Ray Charly. Allí me senté y almorcé un "sandwich" de pollo con patatas fritas y una coca-cola por 30 dr con obsequio de botella incluído. A las 14.00 al hotel a descansar para ir por la tarde a visitar a los niños.
Cuando llegamos a Al-Amal, fue un revolución, parecía como si el tiempo no hubiera pasado desde agosto cuando me vine. Que alegría de niños: Ousama, Ayoub, Said, Ichan, Housni, Anuar y los que no conocía: Reda y Mohamed. Además conocí a Marion, voluntaria francesa que está haciendo sus prácticas en la casa y, como no, Fátima la cocinera, Halid el hombre de noche y que me enseña el poco dialecto que conozco y María, la fundadora. El reparto de caramelos tan revoltoso como siempre es y la crema antigranos para Ayoub siempre tan agradecido y que habla casi perfecto el español.
A la vuelta y tras la despedida de Richi de los niños y pasando por el hotel para la ducha, fuimos a un restaurante español, en la playa, frente al Hotel Rif, Mojito's, donde conocí a Domingo, empresario español que lleva 9 años aquí y que está montando una nave en el camino a Tetuán y que según cuenta, le va de maravilla.
La noche acaba, de nuevo en El Corazón de Tánger.
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