Otro año más

Otro año más ha pasado un verano infernal. Infernal tanto por el calor, que cada día me dejaba cansadísimo y con el cerebro derretido. Infernal por los aspectos emocionales reconducidos en el último tramo del mes de agosto, primeros de septiembre.

Aunque esta entrada no es de despedida del verano, que esa llegará el 21 de septiembre, como cada año, con la canción del Dúo Dinámico y el paseo de Julia por una eternamente joven Nerja.

Hoy, como cada año por estas fechas, ando escribiendo sentado al sol en una gasolinera en la vecina Vila Real do Santo António, frente a un "farol" que es referencia para cualquier ayamontino. De esas cosas de las que se tienen "saudade" cuando estas lejos de estos pagos.

Hoy también cogeré camino a mi segunda tierra, a mi segundo hogar, pero sin casa. Ya se sabe, el hombre es un animal de costumbres, buenas o malas.

Hoy pasearé por allí con cierta y relativa paz interior.

Hoy volveré a sus pies a dejar mi nota anual en la que volveré a darte las gracias por el mágico regalo, que es, volver a pasear por esas calles, porque quisiste hace cuatro años que así fuese.

Hoy, cuatro años después.

Hoy, otro año más.