Te tengo que dejar ir
(y no es porque no te quiera)
Me he dado cuenta que no puedes darme lo que necesito; y sería violento para ti exigirte que cumplas mis expectativas.
Pero también sería violento para mi permanecer en un lugar en dónde no recibo lo que quiero y necesito.
Te tengo que dejar ir y llevo un mes lidiando con esto. Porque no quiero hacerlo, porque te quiero conmigo y porque me gustaría encontrar la manera de quedarme.
Pero no puedo hacerlo, sin comprometer mi biniestar, y eso ya no es nogociable. Y lo sabes. La última vez que pasó te lo dije.
Te quiero y me quiero, por eso te dejo ir. No desde el enojo o el resentimiento, sino desde el amor, el cuidado y la ternura.
Porque ambos merecemos lugares que nos ayuden a crecer y en este momento yo soy tu lugar y tu no quieres ser el mio. En este momento no podemos ser eso: el uno para el otro.
No me cierro a conectar contigo en otro momento, cuando estemos en un lugar y con herramientas distintas.
Por ahora, la mejor forma de cuidarnos es la distancia.
Así que gracias. Te quiero. Hasta pronto
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